lunes, 27 de junio de 2011

SIN VERGÜENZA PERO CON CHANDAL.


El chándal es un elemento que sirve para ejercitarse de una forma cómoda y que ayude a eliminar los vapores producidos por los sudores corporales. A parte de eso su estética es más bien circense por lo que fuera del ámbito deportivo o festivo no tiene razón de ser.

Esto viene al caso de la moda que existe entre gente de bajo nivel de alfabetización de ir con chándal a todas partes, están en su derehco aunque a algunos nos resulte chocante, pero lo que no es en absoluto de recibo es la manía de los "cos", "quillos", "canis" o como se llame en otras regiones de España de salir con la novia vestido con el chándal o con la equipación de su equipo favorito mientras ella trata de ir lo más arregladitas posible.

Produce vergüenza ajena y náuseas ver parejas chándal-ropa en centros comenrciales, cines y demás sitios de asueto. Ellos con su porte chulesco y presuntuoso y ellas apocadas y distinguidas.

En definitiva, debería estar prohibido acceder a según qué centro públicos con determinadas "prendas de vestir". Si en una iglesia no puede entrarse con camisetas ni con bañador, lo mismo debería hacerse con los chándales y equipaciones deportivas.

P.D.: Sobre las mariconeras tal vez hablemos en otra ocasión.

lunes, 16 de mayo de 2011

CERDOS BÍPEDOS.


No, no me refiero con este título a una nueva especie de cochino que sea capaz de desplazarse sobre sus cuartos traseros de forma erguida.

Sino a lo contrario, es decir, gentuza que se comporta como estos pobres animales a los que les han colgado el sambenito de sucios y amantes d ela porquería.

La gente a la que me refiero es la que va por la calle y tira los papeles al suelo, teniendo numerosas papeleras alrededor o pudiendo guardarse el papel en un bolsillo hasta encontrar una o llegar a su casa. Son ridículos, maleducados y guarros a partes iguales.

De igual modo muchos conductores hacen lo mismo arrojando todo tipo de basura desde su ventanilla sin el más mínimo de los decoros.


Y caso aparte son los fumadores que tiran impunemente y sin el menor atisbo de vergüenza las colillas al suelo, sin ni siquiera pisarlas para apagarlas.

Ahora con la afortunada prohibición de fumar en cualquier recinto, ponen la excusa cuando salen a fumar a la calle, "como no puedo fumar dentro, lo tendré que tirar al suelo". Pues no, el ser fumador no tienen por qué ser sinónimo de incivilizado, puede llevarse usted un cenicero o apagarlo convenientemente y depositarlo en una papelera.

Lo mismo hacen los/as "señores/as" fumadores/as con los celofanes y papeles que envuelven los paquetes los tiran al suelo sin sonrojarse.

Desde aquí quiero hacer un llamamiento para que estas “personas” dejen de comportarse de forma irracional y egoísta y piensen un poco en los demás.

Con un mínimo de educación y cordura la convivencia humana sería mejor.